https://www.65ymas.com/opinion/cartas-a-la-directora/tengo-78-anos-me-envian-dormir-calle_52410_102.htmlLa empresaria española Cristina María Alcorta Biurrun, responsable de la sociedad Inversiones inmobiliarias TAR de San Sebastián, España, ha desahuciado a una mujer de 78 años que acaba de enviudar y cuyo hijo mayor se quitó la vida lanzándose por la ventana de la casa de donde la están echando debido a las depresiones que padecía.
Hace años, el marido de esta señora, titular del contrato de inquilino, sufrió un infarto cerebral y tuvo que trasladarse a una residencia de mayores para recibir los cuidados de salud que necesitaba. E la casa quedaron su esposa de 78 años y su otro, hijo, ambos residentes en dicha vivienda durante más de 50 años.
La respuesta brutal de esta persona ha sido presentar demanda de desahucio contra ellos, con el propósito de recuperar el piso y ponerlo en circulación, tratando a esta señora con una brutalidad inhumana, sin preocuparse por su situación, sin preguntarle si podría salir adelante, sabiendo que en la vivienda hay una persona muy mayor, que apenas cuenta con recursos y que ya había vivido una gran desgracia con la pérdida de su hijo. Como consecuencia de todo ello, esta señora va a dormir en la calle ante su carencia de medios.
Se da la circunstancia de que el marido de esta señora falleció hace tres meses, en medio del proceso de desahucio. La respuesta de Cristina María Alcorta Biurrun ante este hecho fue atacar con mayor crueldad a la viuda, faltando al respeto al fallecido y a su familia al dirigirle una carta al titular fallecido pidiéndole más dinero por el alquiler, rechazando cualquier contacto con su vida, despreciándola y devolviéndole varias veces el dinero del alquiler que ella le ha pagado. La familia ni siquiera ha podido tener un periodo de duelo normal por la muerte de su familiar al tener que ocuparse de las acciones dolosas de esta persona inhumana.
La señora de 78 años ha acudido a todas las instituciones y en todas le han cerrado la puerta. El juzgado denegó su solicitud de vulnerabilidad argumentando que aquellos solo era para titulares el contrato. Los servicios sociales le dijeron que no disponían de viviendas para ella.
Como consecuencia del inmenso sufrimiento provocado por Cristina María Alcorta Biurrun, a esta señora, la mujer de 78 años ha acudido a su consulta de psiquiatría para indicarle al doctor que, ante la perspectiva de tener que dormir en la calle a sus 78 años de edad, se quiere morir.
Por último, es necesario destacar las terribles leyes españolas que han permitido esto. Esta mujer lleva 50 años en la vivienda y 60 casada con su marido recién fallecido. No fue incluida en el contrato porque la firma se realizó en pleno franquismo, en una época en que la mujer no tenía decisión alguna. Cualquier sociedad avanzada consideraría sin dudar a mi madre como inquilina. La justicia española ha sentenciado que esta señora es una ”okupa”, una delincuente a sus 78 años, y la envía a dormir a la calle, haciendo al rico más rico, y poniendo a quien no tiene nada a las puertas del suicidio.
Estas son las leyes que tenemos en España, y esta es la respuesta de la sociedad a la petición desesperada de ayuda de una persona muy mayor y muy golpeada por la vida que, si nadie lo remedia, dentro de unos días dormirá en la calle por primera vez en su vida.