Lo típico es que una vivienda corriente no sea realmente apta para personas con movilidad reducida. Esto lo vemos en detalles como pasillos y puertas demasiado pequeñas, sin mencionar el problema que implica subir y bajar escaleras.
Así que será necesario hacer algunos ajustes cuando ocurre una situación en la que alguno de los habitantes necesita asistencia para desplazarse.
Conectar los desniveles
Las personas en sillas de ruedas y andaderas, o con cualquier dificultad en su movilidad, necesitan alguna manera de salvar las distancias entre estos desniveles. Normalmente, en los exteriores esto se hace a través de rampas con poca inclinación y pasamanos, pero esto no es viable dentro de la vivienda.
En su lugar, los interiores necesitan salvaescaleras, ascensores y plataformas elevadoras. Los precios de salvaescaleras son variados, así como también, su viabilidad y utilidad para las personas que vayan a utilizar estos mecanismos. Por tanto, conviene estudiar cada caso para determinar cuál es la opción más acertada.
Si bien los ascensores privados están destinados a la vivienda en sí, las otras dos opciones pueden ser utilizadas también en las zonas comunes de la residencia. Son alternativas interesantes cuando no es posible construir rampas aptas.
Adaptar los accesos
Es difícil pasar de una estancia a otra para una persona que necesita asistencia para moverse. Incluso es posible que no pueda pasar en su silla de ruedas, si la puerta es demasiado pequeña. Aquí se genera un problema adicional porque no sería lo más apropiado tener que recibir ayuda para plegarla, pasarla por la puerta y volver a sentarse.
La solución es ampliar las puertas para que las sillas de ruedas pasen con comodidad. A veces, no es viable del todo, por lo que se convierte en otro contratiempo a salvar cuando en la vivenda hay mayores con poblemas de movilidad o personas con discapacidad. Por este motivo, no está de más instalar agarraderas a los lados del acceso.
Redistribuir los muebles de la casa
Lo primero es mover los muebles de los pasillos para que sean más anchos y cómodos. También habrá que adaptar el resto del mobiliario para que una persona sentada pueda acceder a todo lo posible, así que habrá que elegir muebles bajos en general. También lo más cómodo es que sean fáciles de abrir.
Es necesario cuidar otros detalles como reducir o quitar las alfombras, cuidar que no haya cables en el piso o colocarlos en las paredes y mejorar la iluminación para ver mejor.
Y, por supuesto, como ya hemos comentado al principio, si la vivienda tiene varios niveles, habría que plantearse el instalar una silla salvaescaleras para asegurar el bienestar de quienes tienen verdaderos problemas para moverse, ya sea por edad, enfermedad o por algún accidente que afectó a su movilidad.
El hogar es ese espacio en el que debemos sentirnos cómodos y libres, si esto falla, las personas con problemas se sentirán cada vez más inseguros y más dependientes para realizar cualquier pequeña tarea de la casa. Por ello, debemos ocuparnos de solventarlo para que tengan calidad de vida.